¿Hilary u Obama? La polémica ya lleva meses servida sobre la mesa. El problema es que tanto tiempo con el mismo plato puesto, llega a resultar aburrido y hastío. Después de oír descalificaciones, llantos, insultos, promesas... los simpatizantes dejan su "simpatía" por el partido en manos de la duda. Tanto ajetreo puede crear confusión y acabar dando su voto en la segunda ronda de las primarias al partido contrario por tener que atajar al ganador, que no es el que él prefería.
El miedo por perder votos llegó incluso a proponer al reconocido luchador por el medio ambiente y ex futuro presidente de los Estados Unidos, Al Gore. Rumores que no han llegado a hacerse realidad. No obstante, el mayor beneficiado de todo esto es el portavoz del partido conservador, futuro contricante del ganador de la batalla entre Hillary y Obama, Jonh McCain, y no el de las patatas fritas. Aquí la disfunción vuelve a aparecer si el mencionado McCain consigue simpatizar a demócratas que no contentos con los cambios de su partido, deciden tender su mano y apostar por el contricante.
El capítulo final se verá en noviembre.
