El "kit" del no votante

En busca del voto útil, tan reclamado en las pasadas elecciones, el PSOE envió a domicilio la propuesta del “kit del no votante” a todos los jóvenes. Bajo el lema “no votar es no creer en tus ideas”, y acompañado del slogan de la campaña socialista de las elecciones (“Vota con todas tus fuerzas”), el “kit” explicaba al receptor las instrucciones que debía de realizar el no votante para darle utilidad al folleto. En primer lugar se debía recortar los cuadrantes donde se pedía las ideas sobre cultura, cambio climático, inmigración, educación, trabajo, el cine y la cultura de este y, a continuación, se tirarían a la basura sin haberlos rellenados.

El folleto es una clara metáfora en busca de atraer a los jóvenes a votar y a convertirse en público activo dejando de un lado su lugar en la masa popular. Es decir, una medida funcionalista con una reacción transparente: su función se basaba en la invitación a los jóvenes al acto de agenda seeting que la política ha establecido en la sociedad y que se esconde bajo el “insulto” ya que mostraba como inútil el hecho de no participar, apelando a la escasa o nula capacidad de conocimientos de aquellos que tirarían en blanco el “kit”. Ante esto, se esperaba la reacción de unos jóvenes primerizos o inexpertos en las urnas, en donde también daba cabida la disfunción, aunque quizás en menor medida, puesto que no sería tomado como símbolo gracioso para aquellos cuya ideología no fuera la del partido emisor optando por la abstención al voto o, por el contrario, por el voto al partido contrario, siendo esta segunda opción uno de los reclamos que se proponían con el “kit“. Daba igual a quién, lo importante era que votara la juventud, aunque sí era cierto que si era al partido emisor, mejor.